UN MUNDO SIN SEGUROS
Imaginémonos un mundo sin seguros. Tan solo pensemos que esta enorme industria que es importantísima para muchos desaparece en un día. Aquellas empresas que fueron una pieza clave en la economía del siglo anterior ya no existen. Una desaparición de tal magnitud prácticamente nos llevaría a “la tercera Edad Media”. Una época así podría durar años y difícilmente se saldría de ella. Esto se debe a que solo las personas con gran cantidad de dinero afrontarían esta extinción con pocos problemas ya que tienen el sustento suficiente para asumir los riesgos. Esto generaría a su vez que la clase media desaparezca y que la sociedad se polarice: por un lado tendríamos a una clase que concentre el 90% de las riquezas y otra clase que viviría en la miseria. Así era como se manifestaban las clases sociales en la Edad Media.
Las compañías de seguro cumplen una función económica y social. Cada una de ellas proporciona que el mundo en el que vivamos sea más seguro en sí mismo, lo que lleva a los ciudadanos a invertir y a creer en el futuro. Al vivir en un mundo sin seguros las actividades productivas no pueden ejercer y los empresarios ya no invertirían, ya no arriesgarían. El más mínimo error de producción podría significar un terrible desastre para las empresas.
Un cierre de las empresas aseguradoras podría significar la reducción del PBI de manera constante. La economía se derrumbaría en cuestión de años. Si de proyectos grandes hablamos (como construcciones privadas), el seguro genera una garantía de confianza en los empresarios que desean invertir en dicha obra. Sin seguros no hay confianza, en lo absoluto. Por ejemplo en el seguro de salud (uno de los más comunes e imprescindibles), no solo se otorga servicios médicos, sino también significa una clave de igualdad, libertad y confianza entre las personas. Todas las personas que cuenten con un seguro recibirán la misma atención, ya que el seguro no distingue clases sociales.
Y usted, ¿desea vivir en un mundo sin seguros?
Fuente: Segurtec